11.8.06



Se llama Paul Hewson y es el cuarto empresario más rico del mundo. O se llama Bono y es uno de los filántropos más influyentes del planeta. En realidad Hewson y Bono son la misma persona, aunque los dos nombres sean la evidencia de una esquizofrenia que empieza a incomodar a los irlandenses, hasta hace poco admiradores irreductibles del líder de su banda más famosa y comprometida: U2.

Que a Hewson le preocupa algo más que el tercer mundo, quedó en evidencia la semana pasada cuando se anunció que el fondo inversor Elevation Partners, que el rockero controla junto con cinco socios, adquiría por 300 millones de dólares el 40% de la revista Forbes , adalid del turbocapitalismo y autora de las listas anuales de los más ricos, en las que Bono suele aparecer en puestos destacados -cuarto en la publicada en julio-.

«L'osservatore romano»

«Es como si Madonna hubiese adquirido L'osservatore romano [el periódico del Vaticano]», comentaba hace unos días un periódico francés, haciéndose eco de la perplejidad con la que ha sido recibida la última inversión de Bono. El artista llega a Forbes en un momento de crisis para la publicación fundada en 1917 por un inmigrante escocés, Bertram Forbes, y que en el año 2000 a punto estuvo de convertirse en historia, tras el tsunami económico y editorial que provocó la crisis de las puntocom, que la revista ahora de Bono promocionó con energía. Al frente de la publicación se encontraba en ese instante Steve Forbes, bisnieto del fundador, que con la cabecera a punto de sucumbir decidió gastarse 67 millones de dólares en promocionar su candidatura republicana a la presidencia de Estados Unidos, que finalmente le arrebataría George Bush.

Los Forbes llevan años formando parte de la aristocracia financiera estadounidense, aunque quizás el miembro más carismático fue Malcom, quien dirigió la revista hasta su muerte en 1990, frecuentaba al todo Hollywood y poseía una isla en Oceanía, un castillo en Francia y un palacio en Tánger. Es a este entorno social al que llega el comprometido Bono, para quien no parece haber contradicción entre ser el azote de los poderosos desde el foro de Davos y alternar con ellos desde el consejo editorial de Forbes . Claro que el desencuentro de Paul Hewson con Irlanda tiene un componente añadido. Porque Bono ha decidido trasladar a Amsterdam la operación financiera que le permitirá controlar la revista, ya que Holanda goza de un sistema fiscal más ventajoso que el irlandés, como ya saben, entre otros rockeros de éxito, los Rolling Stones.

Noticia publicada en La Voz de Galicia

Posted by Publicado por Guille en 18:00
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1 comentarios:

Kuato dijo...

Bravo por Bono. La hipocresía al poder. Antes me caía relativamente bien. Ahora me parece un auténtico gusano.

 
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