27.4.08


Escrito por M.Chambergo,
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Quien alguna vez ha sido o ha intentado ser parte de una banda, sabe bien que uno de los primeros problemas con los que se debe de lidiar es conseguir un sitio donde tocar, los cuales van desde garajes hasta sitios mucho más insólitos como un cuarto de baño o un consultorio médico, como vi alguna vez.

Una vez conseguido, el local suele convertirse en una herramienta catárquica, donde cada cable, cada instrumento, cada amplificador, cada aparato, cualquiera que sea, se comporta como un transductor para así convertir todo el peso de la vida en un gas noble que termina ocupando toda la habitación. Entonces, cada sentimiento, cada frustración, cada alegría, termina ocupando cada rincón de la habitación, y en una hermosa sinergia, todo se vuelve un solo animal cuyo nombre no se dice, se escupe.

De todas las manifestaciones de arte, la música y la pintura son, quizás, las más abstractas y por ende las que mejor se conectan con las emociones, esas mismas que en El Local se convierten en un solo animal, que se nos muestra gráficamente en el mundo que Gipi ha creado y que nos concede el placer de conocerlo mediante cinco canciones "que hablan de ilusiones, de malestar, de las decepciones y los sentimientos contradictorios que habitan el ánimo de cuatro adolescentes".

El éxito de esta obra va más allá de su historia, más allá del relato, pues mientras éste nos va poniendo al tanto de lo que pasa, la pintura se va conectando con nuestras emociones, se sincroniza con ellas, pero falta algo, ¿qué falta?, la música, por supuesto. El éxito de la obra radica en ella, pues eres tú mismo quien pone la música, inspirado por la historia y por la conexión que puedas tener tú con ella. La música no sólo es de ellos, es también tuya, y por eso esta obra es el EP perfecto.

Por azar llegué a este libro, mientras buscaba, paradójicamente, pintura. Al ver que la galería que buscaba se encontraba cerrada, seguí con mi camino sin sentido para levantar la cabeza y ver una de las tiendas más interesantes que he visto, Sins Entido, que en realidad es una editorial, cuyos libros son capaces de almacenar el arte más puro, la esencia, esa que se entiende muy bien con nuestro cerebro reptiliano, pero que a su vez guarda un poco de racionalidad, de literatura, de... ¿inteligencia?, quizás sólo para recordarnos un poco que aún seguimos siendo humanos.


Posted by Publicado por Guille en 09:00
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