16.3.08


La lucha contra el dopaje ha llegado hasta extremos realmente incomprensibles e intolerables, después de que todos los aficionados al ciclismo nos quedásemos asombrados por la prueba de orina que se le exigió al ciclista belga Kevin Van Impe (Quick-Step) en el crematorio, donde se presentaron los responsables del sistema belga antidopaje, en el momento en el que estaban incinerando los restos de un hijo, muerto después de nacer.

Van Impe fue amenazado por los "vampiros" con una suspensión por dos años en caso de negarse a entregar la muestra de orina, quienes no aceptaron ni siquiera retrasar la prueba unas pocas horas. El corredor obedeció bajo protesta. El ministro belga criticó lo sucedido y aunque dice que "la ley es la ley", pedirá que se "humanice" más el sistema antidopaje, ya que algo así no debería volver a pasar.

Los corredores que participan en la Carrera "París-Niza" han expresado su malestar y cólera por el control antidopaje al que fue sometido Van Impe durante las exequias de su hijo y retrasaron la salida de la última etapa en señal de protesta.

Posted by Publicado por Guille en 19:00
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1 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha parecido indignante esta noticia, en el funeral de su hijo?.
Es tan solo un ciclista, no un asesino que tenga que demostrar nada con esa prueba.

Un saludo

@melî

 
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